jueves, 11 de julio de 2013

Recomendación de lectura: Junot Díaz (Opinión)

Hoy comparto con ustedes una recomendación de lectura, específicamente de un autor. En lo personal, me han funcionado recomendaciones de amigos y compañeros de autores y libros que ejercitan mi "otro paladar" (véase ¿Te atreves a usar tu otro paladar? si no conoce a lo que me refiero), espero que esta les sirva.


Recomiendo a este autor dominicano que escribe en inglés, pero que ha sido traducido al español por distintas editoras castellanas. Ganador del Pulitzer en el 2008 por "La breve y maravillosa vida de Óscar Wao", yo recomiendo a Junot Díaz

Lo primero con la obra de este escritor es que conjuga una notable capacidad de anacronía con sus raíces latinas. Luego, que utiliza un lenguaje adulto, en ocasiones fuerte, típico de los personajes que cobran vida en las páginas de su autoría. De este hijo de padres inmigrantes he leído "Así es como la pierdes" y la obra que le dio el Pulitzer en 2008 "La breve y maravillosa vida de Óscar Wao". Ambas tienen factores comunes, rasgos distintivos del estilo diferente de este autor, pero a la vez tantas diferencias que las hacen únicas en su género. 

"Así es como la pierdes" consta de una serie de relatos en los que Díaz pone frente a nosotros la vida del inmigrante y su eterna búsqueda del amor y su eterno espejismo encarnado en el sueño americano. Los cuentos son cortos y están tejidos de manera que el lector se ve pronto involucrado en la vida de los personajes y siente con ellos sus dichas y desventuras. 

Por otro lado, "La breve y maravillosa vida de Óscar Wao" es lo último que he leído de Junot Díaz y lo mejor hasta el momento. Por esta novela de tres generaciones de la familia Cabral es que escribo esta entrada. Definitivamente te envuelve en una historia digna de contarse. El personaje principal es Óscar De León, un hombre joven de orígenes dominicanos que vive en Nueva Jersey y es un ferviente apasionado de los cómics de Marvel. Pero eso es solo la punta del iceberg. Un iceberg que te dejará absorto en las páginas que el escritor relata con raccontos y premonociones en su esquema narrativo alterado para cautivar a sus lectores.

La obra de Junot Díaz está dirigida a un público adulto y podría encajar bien en el gusto de algún estudiante universitario. Ojo, ya hemos resaltado el tipo de lenguaje, los saltos en la historia y te hemos advertido de lo rápido que te entretendrás con una producción de este ganador del Pulitzer en tus manos. Si te animas a leerle, no olvides comentar tus experiencias.

Autora: Laura Acosta
Imagen: Fuente externa

Anochece en Santo Domingo (Microcuento)

       Las paredes están desnudas, como al principio. He removido todas las cosas que me recuerdan a ti. Por eso ya no queda nada. No hay nada en esta casa vacía, en este cuerpo vacío... excepto una cosa. Lo único que me ata a este frío insoportable en que se ha convertido tu ausencia. Mi corazón martillea incesante porque ha visto mis intenciones.

     Mis manos tiemblan y me arrodillo en la alfombra. La misma suave alfombra que compramos juntos. ¡Eres tan mezquina! ¿Por qué irrumpiste en mi vida de esa forma y luego me abandonaste? No fue de golpe y porrazo, eso te lo concedo. Todavía se escuchan tus arcadas en mis sueños y veo mechones en el lavabo. ¡Te fuiste! ¡Me dejaste! Pero no por mucho. Ahora me uno a ti.

      He abierto el ventanal y estoy retorciéndome de la angustia. Anochece en Santo Domingo pero ya no tiene gracia. Tú no estás aquí y pronto yo iré contigo. Desafío a Zeus y todos sus hijos al dejarme caer. Vuelo, soy libre. ¿Soy libre? Soy tuyo. Ahora y para siempre.

Autora: Laura Acosta

Visto y no visto (Cuento)

       "El resorte suelto de este asiento se ha empesinado en hacer este viaje difícil" pensé incómoda al revolverme por quinta vez causando malestar en mis vecinos de transporte. Decidí aceptar el pinchazo de mi nuevo amigo sin mayores protestas, distrayéndome con un pasatiempo que he aprendido a ejercitar: la observación.

       Repasé a cada uno de los pasajeros buscando alguna característica particular. La chica que vestía el top verde neón debió haberlo conseguido barato, porque casi no había tela que cubriera su torso. Reí por lo bajo ¿Quién soy yo para juzgar la vestimenta de nadie? Apretujada entre la bonita estudiante de Finanzas, con la que nunca he hablado pero siempre la veo frecuentar el transporte público, y la adorable señora anónima a quien le suda el labio superior de forma copiosa. ¿Luzco como un figurín? No. He comido ya muchas donas este verano lo que ha causado algo de peso extra en mi. Tengo la camiseta de Los Juegos del Hambre que uso sólo en días especiales y un par de jeans normales que en nada destacan. Los anteojos enmarcan mis ojos color miel, la única cosa de mí que puede impresionarte. Las demás características... te aseguro que pueden maravillarte.

       Volviendo al interior del transporte, un hombre de más de cuarenta años examina las entrañas de su nariz. Puaj, mejor miremos hacia otro lado. Un brusco frenazo, lamentablemente común, nos sacude y en menos de cinco segundos lo veo. Decide ubicarse en el asiento improvisado que te obliga a dar la cara a los demás pasajeros; gracias, extraño. Ahora puedo percibir tu gesto afable y tu barba incipiente. Parpadeas un par de veces y te secas el sudor de la cara. Todo lo tuyo parece ajeno a este vehículo. Tienes una sonrisa de dientes blancos y una voz gutural, lo sé porque sonríes y articulas unas palabras cuando la chica del top verde neón te pregunta por la hora y hace una broma de mal gusto sobre sus olvidadizas maneras.

 
   Tus constantes vistazos al reloj me indican que vas retrasado y has tenido que tomar este incómodo atajo hacia tu próximo destino. Se pierde tu mirada oscura por la ventanilla entreabierta y la temperatura parece subir cuando puedo ver tu perfil. Sencillamente, adorable. Quizás eres el heredero de una gran fortuna que se ha portado mal con sus padres y le han quitado el coche por unos días, ¡sí! Decido que te han confinado a andar a pie por tu propio bien. 

        Me miras por un instante. Es un momento que para ti no significará nada, para mi lo es todo. Contra todo pronóstico te sostengo la mirada, casi creo que te ha gustado mi rostro porque no te apartas. "Aquí me bajo" dices con voz queda. Nadie te escucha. Otros pasajeros nos abandonan, entre ellos la señora sudorosa, ahora hay un espacio libre a mi lado. "¡Tómalo!" grita mi mente. A pesar de ello, siento un nudo en el estómago cuando lo haces.

Ya no me miras. Parece que el suelo ahora acapara toda tu atención. Parece que olvidaste tus palabras de que tenías que bajarte hace dos cuadras. La música popular es incongruente a este momento, así que la sustituyo por la novena sinfonía, literalmente. La busco en mi lista de reproducción y me coloco los audífonos. Tengo tu atención, ahora lo sé. Suavemente tomas uno de los auriculares y escuchas la maravillosa melodía junto a mi.

"Aquí me bajo" dices luego de cuatro angustiosos minutos de Beethoven en nuestros oídos. ¡Esto es mucho mejor que un sueño! Pero ya termina. Hay otro frenazo brusco justo cuando te disponías a incorporarte y es nuestra oportunidad. Lo sé y tú también. Te inclinas velozmente y plantas un beso en mis labios. No sabes que es el primero de todos los que recibo. Deslizas una tarjeta azul en mi mano y desapareces por la puerta del vehículo. Al salir volteas y haces un gesto de silencio presionando tu índice contra tus labios. Visto por mí, no visto por todos los demás. Y ahí empieza nuestra historia. 

Autora: Laura Acosta

miércoles, 10 de julio de 2013

¿Te atreves a usar tu otro paladar? (Reflexión)

       En esta oportunidad, comparto una reflexión sobre un tópico especial para mi y que he visto menospreciar a personas de todas las edades: La lectura. No cierres la pestaña, ¡tranquilo! No es otro de los sermones de tu profesor para que te encierres a leer y te aisles de tus actividades favoritas. 

       ¿Te digo un secreto? Leer no es aburrido. Al menos no para quienes saben escoger lo que leen. Si eres de las personas que odiaron "Juan Salvador Gaviota" de Richard Bach, por ejemplo, no te sientas sola o solo. Salvador Gaviota y otros tantos son producciones literarias memorables, que trascienden generaciones y permanecen como lectura obligada en nuestra formación primaria, media y superior. Pero quizás no nacieron para tu "paladar". 

     
 ¡Vaya pero si me olvidé de contarles! Aparte del paladar que utilizamos para articular sonidos, tenemos uno oculto, que solo los privilegiados conocen: el paladar para los libros. ¡Somos todos unos catadores de producciones literarias, amigos de Ruta Español 102! Así como tu plato favorito pueden ser las berenjenas asadas y yo no puedo ni olerlas, justo de esa forma pasa con los libros.

       Claro, dirán los entendidos de nuestro lenguaje castellano (y de cualquier idioma) existe el arte por el arte. Algunos libros tienen valor nos guste o no. Si no te agradan las "quijotadas" eso no desprecia su mérito como obra cumbre de la literatura castellana. No se trata de eso. Se trata de que nazca en ti un devorador o devoradora de libros; que sientas apetito de leer tal como sientes hambre de comida. Insólito, ¿no? 

       Busca tus preferencias literarias. Pongamoslo así... Hazte un catador oficial de cuentos, novelas y ensayos. Quizás buscas aventura, drama o acción en pocas páginas o eres de lo que se derrite a la luz de un tórrido romance descrito por Austen. Quizás nunca has intentado darte un shot de "Emma" (de Jane Austen) o beberte un "Los vampiros de Morganville" (que no te sorprenda el título es de lo mejor) en las rocas. Hay para todos los gustos cuando hablamos de libros. Pronto compartiré con ustedes recomendaciones diversas para que encontremos juntos el sabor de helado literario, léase libro, que más te gusta. ¡Así podrás contarme sobre los resultados! 

       Ahora que conoces el secreto, ¿qué me dices? ¿Te atreves a usar tu otro paladar? 

Autora: Laura Acosta
Imagen: Dibujo hecho y publicado por Paola Bellamy con modificaciones hechas en www.befunky.com



Te necesito (poema)

Te necesito para vivir, 
necesito tus manos para tocar
necesito tus labios para sentir,                            
necesito tu alma para vivir
necesito tus dias para sonreír
te necesito para saber amar



















Imagen: Fuente externa
Autora: Dalkis Castro Mejía

¿Donde está tu corazón? (Reflexión)

Lunes, 24 de junio de 2013

¿Cuántos kilómetros separan Santo Domingo de Madrid? Creo que seis mil y pico. Si me hubieran formulado esta misma pregunta hace siete meses la habría respondido con metros y centímetros incluidos. Pero una distancia de 6073 km y 224 días cambian la actitud de cualquier persona.

Ya no lloro cada vez que hablo con mis hermanos pequeños por teléfono, ni maldigo a mis padres por obligarme a dejar Madrid, ni me da vergüenza hablar en público por mi acento... Bueno, quizás un poquito. Tampoco me exaspero cuando me responde a todo con "ok", ni con todo el calor que hace, ni cuando me dicen que vayamos a tomar churros y me traigan una especie de tejeringo pequeñito, rechoncho y cubierto de azúcar. Mosquitos, de eso sí que estoy harta, pero me he convertido en cinturón negro aplastándolos. Así que estamos en tablas.

¿Lo que más hecho de menos de Madrid? TODO. Poder recorrerme la ciudad entera a píe con N, ir a cenar al Hard Rock para celebrar las vacaciones de verano con Mor y Seo, pelear con mi familia por quién se va a echar la siesta en el sofá, mi perrito...sí echo de menos a mi perro, y mucho. La comida. Un buen cocido madrileño un 10 de agosto a las 3. Así, para combatir el calor. Y el frío, creo que es una de las cosas que más añoro de todas. Aquí doy gracias si llegamos a los 23°C

Pero, he tenido la suerte de aterrizar en un país donde la gente es amable, divertida, generosa, y me consienten mucho. Gente que me hacen sentir parte de su familia. Amigos que parecen que les conocí hace años, y sólo llevamos juntos dos trimestres. Carlos...

Gracias a Dios en un mes estaré en mis queridos Madriles de nuevo, dando la paliza a todo el mundo con un "Tú tío, que estoy aquí, dime por favor que no te has ido todavía de vacas colega" y lo único que me estresará es como narices no voy a fastidiarla en la selección a 6073 kilómetros de distancia. 
Porque, por fin, ya he descubierto donde se encuentra el verdadero hogar.    

Autora: Ana Camila Bertomeu Abreu               

Comentario de texto

         El cuento “El verano feliz de la Señora Forbes” fue escrito en 1976 por el aclamado y ganador del Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez. Éste, junto a otros doce cuentos forman “Doce cuentos peregrinos”, una recopilación de breves historias que el autor fue publicando durante varios años para al final, acabar recopilándolos todos en un único libro.

Como ya he dicho, la historia fue escrita por el Gabriel García Márquez y publicado junto a “El rastro de tu sangre en la nieve” en el 76. Escritor y periodista, García Márquez es uno de los más famosos autores desde la década de los 70 hasta el día de hoy en todo el mundo, tal que en el año 1982 se le concedió el Nobel de Literatura. A pesar de su controvérsica relación con el dictador cubano, Fidel Castro, siempre se le ha relacionado con un hombre amable y bondadoso, que emplea con ingenio sus novelas para expresar sus ideales.

El cuento pertenece al movimiento del Realismo tradicional (mostrando una realidad social tal y como es). Forma parte del género narrativo, pero al contrario que las típicas fábulas y demás cuentos, no tiene una enseñanza o moraleja implícita. Trata sobre el verano que pasaron dos hermanos pequeños en la isla de Sicilia y de todas la penurias que les hizo pasar su estricta e inflexible institutriz alemana, la Señora Forbes. Harto de su situación, el hermano menor envenena una botella de vino con la intención de acabar con su vida para, finalmente, encontrarla muerta, no por la bebida, sino acuchillada.

Como todo texto narrativo, está formado por un planteamiento (desde el comienzo hasta cuando la señora Forbes comienza a actuar de forma fuera de lo habitual) un nudo (hasta que envenenan a la señora Forbes) y un desenlace (cuando los niños ven los policías al frente de su casa). Además, tiene una evocación retrospectiva, en concreto un flashback, empleado para explicar cómo era su verano antes de la llegada de la institutriz. El lenguaje empleado por el autor es muy sencillo, simple, hecho para que el lector lo comprenda perfectamente, pero sin perder el matiz culto y cuidado. La importancia del texto, al ser una narración reside en su contexto, en la historia que nos cuenta, y tiene una función  representativa buscando impresionar con la forma de la muerte de Forbes.

Este cuento, capta al lector desde su primer instante, sobretodo con las descripciciones; las actividades de los niños, la forma de ser de Fulvia Flamínea etc… Tiene las dos caras de una misma moneda; predecible e impredecible al mismo tiempo, simple y sorprendente, domina tanto la descripción como la narración, con un final a la par de obvio como inesperado, abierto, haciéndonos preguntar qué fue lo que pudo haber ocurrido.


Autora: Ana Camila Bertomeu Abreu
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Ruta Español by Daniel Acosta, Dalkis Betel, Ana Bertomeu y Laura Acosta is licensed under a Creative Commons Attribution 3.0 Unported License.